Siguiendo con los experimentos de esta temporada, después del Prunus domestica de la entrada anterior le tocó el turno a los castaños (Castanea sativa) pasar por la "peluquería". El castaño que había comprado en el Congreso Gallego de Bembibre el año pasado estaba así a primeros de mayo
A finales del mes pasado, el día 23, para ser más precisos, las nuevas hojas ya estaban maduras, por lo que decidí llevar a cabo un defoliado parcial, que en teoría serviría tanto para reducir un poco el tamaño de hoja como para provocar más ramificación al activar yemas que no se habían desarrollado todavía
Decidí efectuar primeramente un pinzado de las ramas, dejando, aproximadamente cuatro o cinco hojas, procediendo después a un defoliado parcial. Es importante tener en cuenta la fortaleza de las yemas de cada hoja. Así, las dividí según el tamaño, grandes, medianas y pequeñas.
Las hojas grandes las corté por el pecíolo totalmente. Van asociadas a yemas fuertes, normalmente coincidiendo con las puntas de la rama, por lo que no tendrán problema en volver a brotar.
Las hojas medianas procedí a cortarlas por la mitad, con un corte ligeramente inclinado, para simular en lo posible las hojas originales (cuestión de estética, nada más). Las yemas de estas hojas son fuertes todavía, pero para igualarse con las anteriores necesitan la ayuda de la parte de hoja que queda para que broten sin problemas.
Finalmente, las hojas de tamaño pequeño no las toqué. El objetivo de esta defoliación parcial es intentar igualar las distintas zonas de la rama, para que puedan brotar por igual las yemas situadas a lo largo de la misma.
El aspecto final, aunque la fotografía quedó muy mal, se puede intuir
Unas dos semanas después, el día 9 de junio, las yemas ya comienzan a moverse, las de mayor tamaño, que correspondían a las hojas retiradas completamente, llevan un poco de adelanto
Sólo tres días después, el día 12 de junio, el avance es perfectamente visible
Un par de días de buen tiempo (de los pocos que hubo) y el 14 de junio las nuevas brotaciones ya apuntaban...
Su aspecto general en este momento era el siguiente
Como se aprecia en las fotografías anteriores, la defoliación del castaño ha resultado bastante bien. La evolución en un mes ha sido muy buena, con una nueva brotación que ha formado gran número de nuevas ramitas. El resto del año sólo será cuestión de abonar y regar para que maduren, y el año que viene se podrá hacer una selección de las mismas, alambrarlas y volver a repetir el proceso para ir consiguiendo ramificación, aunque sin olvidar los problemas de secado de ramas y ápices de esta especie y que pueden tirar por la borda cualquier trabajo de modelado.
El día 22 de junio, es decir, un mes después del trabajo, el aspecto del castaño era ya muy diferente al que tenía, no solo recuperando, incluso mejorando la imagen anterior.
Aguardo que haya sido de interés el resultado de este nuevo experimento de defoliado. Creo que no ha salido tan mal, después de todo...