Cuando comenzamos con esta afición, y cuando ya la llevamos un poco avanzada, realmente no tenemos medida, o no tomamos medidas del espacio que ocupamos. Nos emocionamos y compramos árboles, recolectamos semillas, probamos a enraizar esquejes... y después ni tenemos tiempo ni espacio para tener todo...
Como experiencia propia, cuando el año pasado y este año recolecté tantas semillas no había pensado en que iban a germinar tantas ni lo que haría con ellas. Como los días tienen un número de horas, y muchas las tenemos ocupadas en otros menesteres, muchos de los plantones que obtuve de semilla siguen en el semillero, por lo que estos días me ocupé de alambrar unos pocos para que cuando los transplante en primavera mantengan en cierta medida las curvas y no se clave el alambre. También me asusté (sí, en serio, asustado) de la cantidad de macetas que voy a necesitar, aunque creo que muchos pasarán a la finca para que engorden (o no voy a tener sitio en la terraza).
Unos manzanos ornamentales, con un fruto del tamaño de cerezas, recogidas en primavera
Algunos alambrados, mal, pero por lo menos con alguna curva, a los demás le tocará el turno más adelante
Unos cuantos Prunus serrulata y Prunus mahaleb.
Una parte de todos los plantones de Acer campestre que tengo pendientes de transplantar. Calculo el total en unos ochenta o cien...
Y Chaenomeles, zelkovas y los que más me preocupan, unos cuantos Pinus thunbergii que no pude repicar ni transplantar por falta de tiempo
Lo que yo digo... puestos a sembrar, que no falte, mejor que sobre. Y a falta de macetas voy a tener que usar para otros menesteres los envases de yogur, que son muy socorridos. En primavera trabajo no me va a faltar...