También en esta época las setas asoman tímidamente en nuestros bosques. Encontrar algunos ejemplares comestibles es una diversión y después un placer en la mesa
Solo fotografíar... las únicas que llevo (o me dejan llevar) a la mesa son los níscalos, para hacer fritas o guisaditas con pollo, conejo... ¿sabes que se me está haciendo la boca agua? Este fin de semana si el tiempo ayuda vuelvo al monte, como los bandoleros, armado de navaja para cortarlas y cestilla para llenarla. Un saludo. César.
Nooooo... ¿En qué te basas para decir eso? Si no pensamos en la comida... con las setas y castañas estamos con los entrantes y el postre... ¡de la comida todavía no hemos hablado! jajaja Un saludo. César.
¿Después? Nada, nada, si sólo estamos con un aperitivo. Como estamos en otoño es buena época para hablar de comidas, que en Galicia, como dijo Juan, sabemos de eso... Mañana otro plato... Un saludo. César.
La verdad es que da envidia ver lo que el otoño les pone al alcance de la mano. Castañas, setas, sidra... Se han parado a pensar que el bonsai es precisamente eso, disfrutar de lo que nos da la tierra, la naturaleza... Sobrecogerse al ver un grupo de setas en la que años atrás no hacíamos el más mínimo caso, recoger una castaña como quien recoge una pepita de oro. Si les digo la verdad, desde que me he aficionado al mundo del bonsai disfruto de la naturaleza más que nunca, valorando lo que antes no despertaba en mí ni las más mínima atención y sobre todo tratando de transmitir a mis hijas el amor y el respeto por la naturaleza. Para mí es un placer inigualable el que mi hija riegue conmigo los bonsais o que me ayude a quitar las malas hierbas del jardín. Les aseguro que creo que me he convertido en mejor persona. Muchas gracias César por acercarnos estas imágenes maravillosas. Un abrazo.
Totalmente de acuerdo, pero añado a todos esos acertados comentarios una apreciación personal. La afición al cultivo de arbolitos (no digo al bonsái, que para eso me falta mucho) ha mejorado mucho, pero mucho, mi paciencia y por llamarle de alguna manera "mi equilibrio". Estoy de acuerdo contigo en que la transmisión del respeto a los demás y el amor a la naturaleza a nuestros hijos es esencial, una obligación y un placer... aunque al mío le gusta más la tijera que la manguera ;))) Gracias a ti por tus palabras. Un abrazo. César.
Preciosos los hongos y preciosas las fotos, que nitidez.
ResponderEliminarUn saludo
El mérito es de la cámara... yo sólo la sujeto ;)))
EliminarGracias por el comentario. Un saludo. César.
Para seguir hablando de comidas, con las de las fotos hacía un revuelto....
ResponderEliminar¿las cogiste o solo las fotografiaste?
Saludos.
Solo fotografíar... las únicas que llevo (o me dejan llevar) a la mesa son los níscalos, para hacer fritas o guisaditas con pollo, conejo... ¿sabes que se me está haciendo la boca agua? Este fin de semana si el tiempo ayuda vuelvo al monte, como los bandoleros, armado de navaja para cortarlas y cestilla para llenarla.
EliminarUn saludo. César.
Seguro que tambien aprovechas para llevarte una castañas que están de cine con sidra dulce. Ya que va de comidas jejeje.
ResponderEliminar¡Más claro que el agua! ¿Cómo lo has adivinado? En la cestita entra de todo... jajaja
EliminarUn saludo. César.
¡ No si Galicia no es Galicia sin pensar en la comida ! Por Dios, ¡ pero que buenos somos en algo, coño !
ResponderEliminarUn saludo
Nooooo... ¿En qué te basas para decir eso? Si no pensamos en la comida... con las setas y castañas estamos con los entrantes y el postre... ¡de la comida todavía no hemos hablado! jajaja
EliminarUn saludo. César.
Castañas, setas a gogó, que toca después? me tienes intrigada.
ResponderEliminarSaludos, Loli
¿Después? Nada, nada, si sólo estamos con un aperitivo. Como estamos en otoño es buena época para hablar de comidas, que en Galicia, como dijo Juan, sabemos de eso...
EliminarMañana otro plato...
Un saludo. César.
La verdad es que da envidia ver lo que el otoño les pone al alcance de la mano. Castañas, setas, sidra... Se han parado a pensar que el bonsai es precisamente eso, disfrutar de lo que nos da la tierra, la naturaleza... Sobrecogerse al ver un grupo de setas en la que años atrás no hacíamos el más mínimo caso, recoger una castaña como quien recoge una pepita de oro. Si les digo la verdad, desde que me he aficionado al mundo del bonsai disfruto de la naturaleza más que nunca, valorando lo que antes no despertaba en mí ni las más mínima atención y sobre todo tratando de transmitir a mis hijas el amor y el respeto por la naturaleza. Para mí es un placer inigualable el que mi hija riegue conmigo los bonsais o que me ayude a quitar las malas hierbas del jardín. Les aseguro que creo que me he convertido en mejor persona. Muchas gracias César por acercarnos estas imágenes maravillosas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Totalmente de acuerdo, pero añado a todos esos acertados comentarios una apreciación personal. La afición al cultivo de arbolitos (no digo al bonsái, que para eso me falta mucho) ha mejorado mucho, pero mucho, mi paciencia y por llamarle de alguna manera "mi equilibrio".
EliminarEstoy de acuerdo contigo en que la transmisión del respeto a los demás y el amor a la naturaleza a nuestros hijos es esencial, una obligación y un placer... aunque al mío le gusta más la tijera que la manguera ;)))
Gracias a ti por tus palabras. Un abrazo. César.