Esta semana, aprovechando un desplazamiento a la parroquia de Borraxeiros visité de nuevo el pazo, pero no tuve mucho tiempo de obtener nuevas fotografías.
Los robles de la pequeña "carballeira" aledaña al edificio comienzan a abrir sus hojas, dando un pequeño toque de color
El patio interior y las chimeneas, cocina y salón.
Cuatro son las piedras armeras que enmarcan la entrada principal de la construcción. Las indicaré de izquierda a derecha según se mira.
La primera, en forma invertida, es cuartelada en cruz. En el primer cuartel cinco crecientes acompañados de luceros, por los Villamarín u Ojea. Segundo cuartel un águila posada. Tercero, un león. Cuarto cuartel un castillo. Estos tres últimos se refieran posiblemente en conjunto a los Enríquez de Novoa. Acolada un águila que lo sostiene con las garras.
La siguiente piedra armera trae en su campo, cuartelado en cruz, en el primer cuartel un brazo moviente del flanco siniestro armado con espada (Aballe). Segundo, una cruz floreteada acompañada de una estrella en el cantón diestro del jefe (Pereira). Tercero, los seis roeles de los Castro. Cuarto, nueve cuñas en tres fajas (Acuña). Flanqueado por ángeles tenantes y decorado con volutas. Al timbre, yelmo siniestrado empenachado de plumas.
Como comentario adicional sobre este escudo, citar que el hecho de que el yelmo se disponga siniestrado, no es relevante. En muchos antiguos tratados de heráldica, e incluso en libros modernos sobre el tema, se dice que es señal de bastardía. Ningún antiguo hidalgo se vanagloriaría en la fachada de su mansión de ser bastardo. En este caso, por ejemplo, se trata de la llamada cortesía heráldica, pues así mira de frente a la siguiente piedra armera.
Al otro lado de la puerta principal se halla una labra de contorno cuadrilongo con ángulos redondeados que trae en un solo cuartel un caballero armado de punta en blanco, alusivo al linaje de los Gundín. Rodeado de ornamentación con volutas. Al timbre, yelmo a la diestra empenachado de plumas, de igual factura que el del escudo anterior.
Finalmente, un escudo sobre cartela con campo partido y medio cortado. En el primer cuartel, dos torres sumadas de dos águilas que picotean en un salero, superadas a su vez de corona. Orla de cadena medieval cerrada por candado. Son las armas de los Salgado. En el segundo cuartel un árbol resaltado de un león coronado pasante a la siniestra (Piñeiro). Tercero, una hoz siniestrada de un cencerro, armas de las que no conocemos su atribución exacta. En la zona superior de la cartela se aprecian restos de la divisa SALGADO SALGA POR DO SALIERE.
Es todo un placer leerte y seguir tus trabajos sobre esa tierra maravillosa que es Galicia. A titulo personal me gustaría saber de los Villamarín. Los cinco crecientes acompañados de luceros. Hay algun pazo que fuera propiedad de los Villamarín? Se sabe cual era su divisa? Por otra parte existe un pazo o casa señorial en Soutolongo, creo. Pertenecientes a los Condes de Fenosa o algo así. Hablo de oidas, disculpame por mi ignorancia, pero cual es la historia de ese pazo? En fin, veo compartimos las mismas aficiones, Galicia sus pazos y misterios, y bonsais.
ResponderEliminarEnhora buena por el blog.
Un saludo,
James
Hola. Ante todo agradecerte tu comentario, tanto sobre el blog (totalmente inmerecido), como sobre Galicia (totalmente mereceido). Los Villamarín no son un linaje muy extendido por esta tierra, que ahora recuerde, debe haber, como mucho, cinco escudos con sus armas. Efectivamente, el pazo de Des, en Soutolongo, fue en sus orígenes, por el siglo XVI, propiedad de los Villamarín y ahora de los sobrinos de la condesa de Fenosa (aunque no tienen nada que ver con el título). Posiblemente en alguna próxima entrada me refiera a su historia.
EliminarUn saludo y, de nuevo, gracias.
César.