miércoles, 31 de mayo de 2017

Un pequeño tejo de Juan Liñares (I)

Allá por el Congreso Gallego celebrado en Bembibre en 2012, adquirí a Juan Liñares un pequeño tejo que ya había publicado en su blog Cuaderno de Bitácora. De él tomo las primeras fotos...












 Así llegó a la terraza






Durante los años siguientes todo el trabajo se dedicó al cultivo, sobre todo porque no tenía muy claro lo que hacer con su diseño, hasta finales del 2014. Así estaba en septiembre de ese año



Y después de un penoso intento de modelado en diciembre



Este fue otro de los árboles que decidí llevar a los talleres con Luis Vila en la Kingii Bonsai School, concretamente al del mes de febrero de 2016...



El resultado en una próxima entrada (continuará...)

lunes, 22 de mayo de 2017

Kusamono con fresa silvestre (Fragaria vesca)

Con una maceta adquirida en la tienda de Kingii en el pasado Congreso Gallego decidí en el mes de marzo hacer una pequeña composición usando una fresa silvestre.





Así está a día de hoy



Sólo falta que siga evolucionando...



jueves, 18 de mayo de 2017

Primer árbol que llevé a un taller: Pino de Monterrey (2ª parte)

Habíamos quedado en el primer taller y en el uso intensivo de la sierra con el pobre y viejo pino de Monterrey, de tal manera que de un árbol con bastantes ramas (gruesas, mal situadas y despobladas), restaba un tronco con interesante corteza y con cuatro ramillas que sería necesario colocar... en el siguiente taller si me quedaban ganas de acudir...



Y sí, fue al siguiente taller. Tenía curiosidad por saber lo que saldría de aquí. Como deberes, alambrar bien todo el árbol, es decir, casi aprender a poner alambre de nuevo y olvidar lo que hacía con anterioridad. Después de pasar por las manos de Luis Vila así quedó:



Y en diciembre lo pasé a una maceta de plástico más pequeña y ligera, algo que nunca volveré a hacer. Estoy convencido de que es mucho mejor emplear una de cerámica, aunque sea un poco más grande, pues el árbol tiene otra imagen y no se romperá con el tiempo y la intemperie, sobre todo en especies como los pinos, en los que espaciamos más los trasplantes.




De todos estos trabajos se recuperó muy bien, como corresponde a una especie fuerte como es el pino insigne, y en julio de 2016, desalambrado para evitar marcas no deseadas, ya tenía esta imagen, mucho mejor que la anterior:



Y que decir de su aspecto en octubre, antes de limpiar las acículas y de llevarlo por segundo año a los talleres en la Kingii Bonsai School (pero ahora convencido y encantado de acudir a ellos)



Tocó alambrar de nuevo y que el maestro colocase la vegetación. El cambio fue notable...



Y hace poco, a finales del mes de abril, una fantástica brotación mostraba la buena evolución que ha tenido este viejo pino. Quizá nunca sea una gran pieza, pero cuando lo trasplante a finales de este año a una maceta adecuada merecerá un lugar destacado en mi terraza, tanto por el largo tiempo que lleva conmigo como por la buena evolución que creo va a tener en unos años...




domingo, 14 de mayo de 2017

Primer árbol que llevé a un taller: Pino de Monterrey (1ª parte)

Como ya dije en la entrada anterior, una de las mejores decisiones que tomé en relación con el bonsái fue acudir a los talleres semanales que se llevan a cabo en Bembibre, en la Kingii Bonsai School, punto de reunión de aficionados de toda Galicia para adquirir los materiales que necesitamos, macetas, árboles... y para aprender de grandes maestros, como Luis Vila y Alberto Baleato.

El primero que llevé a estos talleres fue también el más antiguo que conservo, de los primeros que planté, en los tiempos de Karate Kid, hace unos treinta años. También llevé una sierra, que poco a poco se ha convertido en seña de identidad de los talleres, y que se estrenó con el pobre arbolito... yo ya sabía que le sobraban cosas, pero no tantas...

Y rafia... mucha rafia...




El ejemplar en cuestión es un pino de Monterrey (Pinus radiata) que, como ya he dicho, planté hace más de treinta años, y que aguantó un montón de tiempo, en que había abandonado la afición, en una pequeña maceta, creciendo a duras penas y, sobre todo, formando una muy buena y vieja corteza. Las primeras imágenes que de él conservo deben datar de hace unos diez o doce años.







Creo que por el 2007 volví a recuperar las antiguas aficiones, y el pino llegó a la terraza en diciembre de 2010, ya trasplantado a otra maceta muy parecida a la anterior y alambrado con técnicas "nunca vistas"...



En 2012 cambió de maceta a otra que tampoco le pegaba nada, pero es que visto desde la perspectiva actual, no hay palabras... Así estaba en febrero



Y así en diciembre de 2012:




En junio de 2014 estaba pletórico de energías...




Y en septiembre, después de la limpieza de acículas, decidí cortar la primera rama, que no aportaba nada...




Más o menos con esa pinta llega a octubre de 2015, primer día del taller con Luis Vila. Como era de esperar, aunque no por aguardado fuese menos "doloroso", la sierra cumplió su función. Sobraba altura y alguna rama... tocaba cortar, mientras Luis Vila explicaba las razones de esa decisión.




Todo bien. Como yo pensaba, sobraba altura, y ya estaba visualizando el que sería el resultado final, con la colocación de las ramas que quedaban... Por un momento la tranquilidad se apoderó de mi espíritu, pero después de otras cuantas explicaciones y de poner la sierra en manos de Luis Vila... yo no creía que sobraran tantas ramas y que se pudiese hacer algo con lo que quedó... aquello de "menos es más" sonaba lejano y descabellado...



(Continuará...)




jueves, 11 de mayo de 2017

De vuelta...

Mucho tiempo, demasiado, ha pasado desde la última entrada en este blog, hace casi dos años y medio...

Falta de tiempo, desgana, poco y malo que mostrar y que contar... todo suma para esta interrupción en las publicaciones, aunque no en la afición a los bonsáis, en la que continúo con más fuerza si cabe, pero creo que mejor orientada.

Lo mejor en este tiempo... los talleres con un gran maestro, como es Luis Vila, de todos conocido, en el marco de la Kingii Bonsai School. Después de sopesarlo durante mucho tiempo, en que podía más la vergüenza que el deseo, me animé a anotarme en estos talleres semanales, hace ya un par de años y, desde luego, se han convertido en una cita a la que acudo con gusto, tanto por lo que se aprende como por la cantidad de buenos amigos que allí nos reunimos.

Compartir tardes con otros aficionados y con maestros como Alberto Baleato "Kingii" y Luis Vila hace que te plantees cambiar muchas cosas que, al fin, van a contribuir en mejorar la colección y en disfrutar más de nuestros árboles. Aprendes que hay árboles que nunca van a ser más que "palos en maceta" y que ocasionan que pierdas tiempo, y, por ende, dinero, en ejemplares de los que no vas a obtener mucho más que tener con ellos un vínculo sentimental por los años que vas a trabajar en su formación para nunca poseer un buen bonsái...

Como resultado, gran parte de los "perejiles" que llenaban mi terraza desaparecieron camino del monte o del jardín, otros quedan en la zona de descartes para cambio o regalo y así, poco a poco, reducir su número y centrarme en aquellos que pueden tener un  buen futuro y que me motiven, aunque alguno de los primeros que tuve los conservaré como recuerdo de otros tiempos...

Por eso, aunque ahora en otras redes sociales, como Facebook, es más rápida la publicación, decidí volver a retomar el blog para ir poniendo aquellos árboles que se quedan en mi terraza y su evolución. Y aunque pensaba borrar muchas de las entradas antiguas (que lo que en ellas publicaba era una vergüenza), he decidido dejarlas como testimonio de "lo pasado", que espero mejorar...

Así, con mi nueva ayudante para trabajar la madera muerta, os digo: ¡He vuelto!