Ya cansado de transplantar plantoncillos todos estos días, y aprovechando que con el mal tiempo poco se podía hacer fuera de casa, me dediqué a experimentar un poco con la madera... sólo con ánimo de probar. Me animé a realizar un daiza sencillo para una piedra sin mucho interés que tenía.
Los materiales fueron mínimos: una navaja, escofina, papel de lija... y nada más. El elemento más importante, la madera, de las llamadas "blandas", pues era un pedazo de madera de abeto que tenía por casa. No me importaba tanto la calidad, sino disfrutar un poco y practicar, para ver si podía hacer algo decente o no.
Me dediqué a este tema unos cuantos días, a ratos perdidos, sin agobios. Lo primero fue marcar el asiento de la piedra, de lo que no tengo fotografías. Después pasé a rebajar con navaja todo el contorno, sobrando todo esto
Y quedando algo así
Me olvidaba de mostrar la piedra, de carácter granítico, escogida por la incrustación de cuarzo en la parte superior simulando algo de nieve en la cumbre... ¡y también porque era ovalada y más sencillo el diseño del daiza!
El siguiente paso marcar la distribución de las patas, retirar lo sobrante con la navaja e ir puliendo con la escofina gruesa, aproximándose un poco al diseño final
Después de una sesión de lijado la "cosa" parece que mejoraba un poco
Necesité tiempo para decidir si hacer o no otra cosa en el daiza: firmarlo... estuvo a punto de quedar como obra anónima para que generaciones futuras no me relacionasen con este desastre. Al final, empleando un alambre de hierro al rojo con el que fui quemando la madera dibujé (bastante mal, pero se mejorará) una B y una X, ya que me daba pereza poner Buxán completo (¡y sólo son cinco letras!) y también ya comenzaba a sentir el calor del alambre (del hambre no... pero un poco también, que lo estaba calentando en el hornillo de la cocina mientras se hacía la comida)
Rematé el pobre daiza con un tinte para madera que tenía por casa, que tampoco era el más adecuado, pero era lo que había, y un poco de cera para muebles. Al final así quedó
Realmente no es ninguna maravilla, pero para ser el primer daiza que hago me conformo. Tiene muchos errores, tanto en las patas como en el grosor de la madera, ya que éste debía ser bastante menor y en el tinte que no dio un resultado uniforme... pero he disfrutado realizando esta pieza.
Esta explicación no pretende mostrar nada nuevo ni técnicas depuradas, pues no hay nada de eso. Sólo deseaba indicar que casi sin herramientas, usando madera de poca calidad, con no mucho trabajo y aún siendo un "manazas" se puede hacer una base bastante decente, que no sirve para una exposición, pero para poner en mi casa, de aficionadillo principiante, va de lujo, se siente uno satisfecho y se disfruta trabajando... que al final es lo que de verdad cuenta.