La azalea comprada en un vivero hace tiempo, cuando la transplanté dos años atrás había quedado de esta guisa
Como todos mis árboles, este año sufrió un gran abandono y, con lo que llovió, no fue necesario regar en varios meses... por eso la floración y el aspecto no eran de lo más prometedor
Después de cortar las flores, unos días de descanso y tocó podar y transplantar. Primero la poda, dejarla "pelada" para ver si de una vez consigo tener más densidad de ramas en el ápice...
El cepellón no estaba muy mal
Como las azaleas producen unas raicillas muy finas, casi como lana, es contraproducente dedicar mucho tiempo al palillado del sustrato. Mejor cortar al tamaño deseado con tijera o, como en mi caso, con una sierra.
Y después sí, un poco de refinado y limpieza de raíces que conformarán el nebari
La maceta anterior, aunque me gustaba su color, me parecía demasiado profunda, por lo que aproveché una que tenía por casa, de color azul, ovalada y un poco grande todavía, pero creo que valdrá para mejorar las raíces.
El resultado final (por el momento)...
Muchos años restan para que se pueda considerar un bonsái, pero mientras tanto toca disfrutar del camino que se va recorriendo.