jueves, 31 de enero de 2013

Documentos, árboles, libros... demasiados frentes abiertos

Como viene siendo habitual en esta época, sigo con transplantes y arreglos de algunos árboles. Todavía no he finalizado con los plantones de semilla... y casi he acabado las doscientas macetas que había comprado.
 
Pero el trabajo se acumula en otros frentes, pues tengo pendiente la entrega de algunos artículos de investigación... que debían estar finalizados hace un mes, y el remate de otros que tengo ganas de publicar.
 
Debido a esto tengo un poco abandonado el blog esta temporada, pero en unos días espero retornar con nuevas entradas. Mientras tanto, a falta de otra cosa, os pongo algunas cosas con las que estoy trabajando, que siempre es divertido probar a leer esa letra antigua y ruin, como decían los viejos documentos
 






El objetivo, como dije antes, acabar con algunos artículos pendientes y, posiblemente, llevar a cabo otra publicación del estilo de las anteriores, sobre heráldica, genealogía e historia de la comarca de Deza. Sobre este tema trataba, por ejemplo, uno de mis libros, publicado en el año 2006
 


O el anterior, en colaboración con el buen amigo y gran investigador Francisco Rubia, un gran volumen sobre un buen número de casas hidalgas de esta tierra, publicado por la Diputación de Pontevedra en el año 2005
 

Realmente este último libro se agotó al poco tiempo de ser publicado, con gran aceptación por estas tierras, incluso con alguna librería que le dedicó en exclusiva el escaparate, hecho que realmente nos causó gran sorpresa y satisfacción
 

Espero en no mucho tiempo dar la buena noticia de una nueva publicación... si me llegan las horas del día para llevar a cabo todo lo que hay que hacer en esta época.
 




miércoles, 23 de enero de 2013

Pequeños trabajos de mantenimiento en una lila

Días de frío, de lluvia, de temporal, de nieve... podas por hacer, ramas por alambrar, árboles por transplantar... el mismo agobio de todos los años. Es decir, que hay poco que mostrar...
 
Con la que está cayendo (meteorológicamente hablando, que por lo menos llegará la primavera, en otros temas ya veremos...) pues tampoco me apetece mucho ponerme a la intemperie a transplantar los arbolitos, no vaya a ser que pesquemos ellos y yo una pulmonía. Es momento de hacer pequeños trabajos que podemos llevar a cabo dentro de casa al calorcito.
 
Como había que comenzar con algo, lo hice con una lila (Syringa vulgaris) que ya había sido objeto de alguna otra entrada, y a la que le falta todavía muchísimo camino para tener por lo menos algo de presencia, aunque el tiempo no viene dado de balde, por lo que hay que armarse de paciencia e ir disfrutando del camino. Lleva conmigo hace algo más de un año y como la transplanté el año pasado (su primer transplante después de comprarla en el vivero) permanecerá en la maceta una temporada más, mientras voy aprendiendo a cultivarla.
 

El estado del sustrato normal para esta época del año, con sus hierbajos, musgo, restos de abono...
 

Lo primero, limpiar la zona de malas hierbas y retirar el musgo, y ya pinta un poco mejor
 

Con un cepillo de los normalitos, de limpiar los zapatos, por ejemplo, o similar, retiro la parte superior del sustrato, que siempre está más sucia y degradada. Siempre desde el tronco al exterior, así se aprovecha para peinar un poco (tampoco hay que pasarse) las raíces superficiales y que queden bien distribuidas
 

Y al quedar a la vista la parte superior de los alambres de sujección, ya que el árbol está bien arraigado en la maceta, los retiro, que ya han cumplido su función
 


En la fotografía anterior se aprecia el resultado de la somera limpieza, que también descubre algunos problemas, como una gruesa raíz auténticamente horrible a la derecha de la imagen
 
 
O las grapas que había empleado en el transplante para solucionar otras raíces levantadas y que ya han adoptado la posición correcta
 

Después de una limpieza de la base del tronco pasé a estudiar esa raíz tan poco estética y me decidí a cortarla, pues parecía que no tenía mucha importancia, lo que quedó de manifiesto una vez extraída, con muy pocas raíces finas
 



Para finalizar, una capa de akadama que tape las raicillas que habian quedado al descubierto, apreciando también que cortar la raíz anterior ha sido un acierto, sobre todo estéticamente
 


Hay un tramo demasiado recto en el ápice que no me gusta en absoluto, pero esperaré a que haya algún brote para reducirlo. Este año dejaré a la lila crecer bastante antes de pinzarla para intentar conseguir brotación trasera en las ramas y crear algo de ramificación
 



Por lo menos las yemas son fuertes y auguran un buen crecimiento en primavera...
 


Y esperaré unos días para retomar el trabajo de plantonear, es decir, de transplantar los plantoncitos de semilla que restan, que todavía son unas decenas de ellos. Mientras tanto, los que ya estaban en maceta vieron sus primeras nieves, poca, pero nieve al fin y al cabo
 


La terraza medio vacía, a la espera de ir recibiendo los árboles que vaya preparando...
 

Y una vista desde la misma terraza, con la primera nevada (pequeñita, pero hace ilusión) del invierno. Mejor trabajar dentro para que no se congelen las ideas...
 
 
 


viernes, 18 de enero de 2013

Un experimento... que creo que no quedó tan mal

Ya cansado de transplantar plantoncillos todos estos días, y aprovechando que con el mal tiempo poco se podía hacer fuera de casa, me dediqué a experimentar un poco con la madera... sólo con ánimo de probar. Me animé a realizar un daiza sencillo para una piedra sin mucho interés que tenía.
 
Los materiales fueron mínimos: una navaja, escofina, papel de lija... y nada más. El elemento más importante, la madera, de las llamadas "blandas", pues era un pedazo de madera de abeto que tenía por casa. No me importaba tanto la calidad, sino disfrutar un poco y practicar, para ver si podía hacer algo decente o no.
 
Me dediqué a este tema unos cuantos días, a ratos perdidos, sin agobios. Lo primero fue marcar el asiento de la piedra, de lo que no tengo fotografías. Después pasé a rebajar con navaja todo el contorno, sobrando todo esto
 

 
Y quedando algo así
 



Me olvidaba de mostrar la piedra, de carácter granítico, escogida por la incrustación de cuarzo en la parte superior simulando algo de nieve en la cumbre... ¡y también porque era ovalada y más sencillo el diseño del daiza!
 

El siguiente paso marcar la distribución de las patas, retirar lo sobrante con la navaja e ir puliendo con la escofina gruesa, aproximándose un poco al diseño final
 


Después de una sesión de lijado la "cosa" parece que mejoraba un poco
 

Necesité tiempo para decidir si hacer o no otra cosa en el daiza: firmarlo... estuvo a punto de quedar como obra anónima para que generaciones futuras no me relacionasen con este desastre. Al final, empleando un alambre de hierro al rojo con el que fui quemando la madera dibujé (bastante mal, pero se mejorará) una B y una X, ya que me daba pereza poner Buxán completo (¡y sólo son cinco letras!) y también ya comenzaba a sentir el calor del alambre (del hambre no... pero un poco también, que lo estaba calentando en el hornillo de la cocina mientras se hacía la comida)
 

Rematé el pobre daiza con un tinte para madera que tenía por casa, que tampoco era el más adecuado, pero era lo que había, y un poco de cera para muebles. Al final así quedó
 




Realmente no es ninguna maravilla, pero para ser el primer daiza que hago me conformo. Tiene muchos errores, tanto en las patas como en el grosor de la madera, ya que éste debía ser bastante menor y en el tinte que no dio un resultado uniforme... pero he disfrutado realizando esta pieza.
 
Esta explicación no pretende mostrar nada nuevo ni técnicas depuradas, pues no hay nada de eso. Sólo deseaba indicar que casi sin herramientas, usando madera de poca calidad, con no mucho trabajo y aún siendo un "manazas" se puede hacer una base bastante decente, que no sirve para una exposición, pero para poner en mi casa, de aficionadillo principiante, va de lujo, se siente uno satisfecho y se disfruta trabajando... que al final es lo que de verdad cuenta.
 


 


miércoles, 16 de enero de 2013

La cosecha aumenta...

Cuando el clima no ayuda poco se puede hacer, aunque tenía planes para realizar la limpieza de algunos árboles que no voy a transplantar este año, cribar sustratos (al exterior, por culpa del polvo) o recolectar algún ejemplar en el monte ahora que no hay tantos cazadores y no se arriesga uno a tener algún accidente, e incluso volver a colocar los árboles en la terraza a medida que los preparase para la primavera.
 
Por ejemplo, hoy por la mañana la situación era totalmente desapacible, con lluvia y una humedad altísima. Sirvan las fotografías como testimonio
 


Poco más pude hacer estos días que lo que ya había comenzado, transplantar algunos plantoncillos de semilla. Por lo menos acabé con los chaenomeles y zelkovas el fin de semana, además de unos pocos enebros de aguja (Juniperus rigida) nacidos de semilla en los que no tengo muchas esperanzas, por lo que los planté en una jardinera.


Así fue la cosecha


Acabados estos comencé con unos pinos (Pinus thunbergii), también nacidos de semilla y que tenía abandonados en otra jardinera, sin repicar ni nada. Al final no tenían malas raíces y espero que la mayor parte sobreviva al transplante. También entre ellos tenía un Pinus parviflora, que se aprecia en la zona central de la imagen, con las agujas más largas.
 

Y a falta de otros cuantos Pinus thunbergii, manzanos, cerezos (Prunus mahaleb y serrulata) para disfrutar otro par de fines de semana, la cosecha va aumentando.
 

Si al final no sé dónde voy a meter tantos arbolitos... pero diversión para unos años ya tengo ¡seguro!.

 


sábado, 12 de enero de 2013

Un fin de semana de trabajo... ¡pero fin de semana!

Siguiendo la tónica habitual de estos días pasados, continúo con los transplantes de los plantoncitos obtenidos de semilla y esqueje. Por lo tanto todo viejo... nada nuevo. Como de costumbre sólo desear a todos un
 
 
¡¡¡BUEN FIN DE SEMANA!!!