viernes, 30 de noviembre de 2012

Demasiadas semillas... demasiados árboles

Cuando comenzamos con esta afición, y cuando ya la llevamos un poco avanzada, realmente no tenemos medida, o no tomamos medidas del espacio que ocupamos. Nos emocionamos y compramos árboles, recolectamos semillas, probamos a enraizar esquejes... y después ni tenemos tiempo ni espacio para tener todo...
 
Como experiencia propia, cuando el año pasado y este año recolecté tantas semillas no había pensado en que iban a germinar tantas ni lo que haría con ellas. Como los días tienen un número de horas, y muchas las tenemos ocupadas en otros menesteres, muchos de los plantones que obtuve de semilla siguen en el semillero, por lo que estos días me ocupé de alambrar unos pocos para que cuando los transplante en primavera mantengan en cierta medida las curvas y no se clave el alambre. También me asusté (sí, en serio, asustado) de la cantidad de macetas que voy a necesitar, aunque creo que muchos pasarán a la finca para que engorden (o no voy a tener sitio en la terraza).
 
Unos manzanos ornamentales, con un fruto del tamaño de cerezas, recogidas en primavera
 
 

Algunos alambrados, mal, pero por lo menos con alguna curva, a los demás le tocará el turno más adelante


Unos cuantos Prunus serrulata y Prunus mahaleb.


Una parte de todos los plantones de Acer campestre que tengo pendientes de transplantar. Calculo el total en unos ochenta o cien... 
 

Y Chaenomeles, zelkovas y los que más me preocupan, unos cuantos Pinus thunbergii que no pude repicar ni transplantar por falta de tiempo
 

Lo que yo digo... puestos a sembrar, que no falte, mejor que sobre. Y a falta de macetas voy a tener que usar para otros menesteres los envases de yogur, que son muy socorridos. En primavera trabajo no me va a faltar...
 
 



miércoles, 28 de noviembre de 2012

Un palo... de castaño... pero un palo (III)

En la entrada anterior me había quedado con el tocón de madera del castaño en la mano. La decisión fue difícil de tomar, ya que era el elemento más sobresaliente (en todos los sentidos) del árbol, pero ni aportaba conicidad ni podría conservarla durante mucho tiempo, aún con endurecedor, pues estaba algo tocada.


El castaño había quedado desmochado totalmente


Era momento de trabajar un poco la madera, pues pretendía efectuar un vaciado bastante profundo. Manos a la obra, gubias y alicates para ir arrancando poco a poco pedazos. Al final queda pendiente de cepillado y un poco más de pulido, pero los días siguientes llovió, y sigue lloviendo, y quedará para otro momento







Y el resultado, desde el frente que consideraba más idóneo... en aquel momento.

A lo mejor hasta decido cortar esa rama tan gorda y vertical, ya que gran parte está seca y muestra heridas, por lo que sería difícil de doblar. En todo caso, ya habrá tiempo para eso



El siguiente paso era limpiar la superficie del sustrato de abono, musgo y restos variados para ver el arranque del tronco. Con esta limpieza surgió un nuevo punto de interés, un hueco

Y esa raíz tan alta que se observa en primer plano descubro que está seca... otra alegría que me permite mostrar más tronco


Después de crear un pequeño jin una vista desde el frente que creo más apropiado en este momento


Pero los trabajos en este castaño todavía no han acabado... Ahora a esperar unos días que no llueva para meterlo dentro y pulir la madera (y no poner todo perdido), mientras sigo pensando un posible diseño.
Dejo unas imágenes desde varios lados por si alguien tiene un consejo de diseño... y si piensa que me cargué el árbol al cortar la madera... pues que me lo diga también, que tendré merecida la crítica










viernes, 23 de noviembre de 2012

Un palo... de castaño... pero un palo (II)

Continúo con la serie de entradas dedicadas al palo de castaño que había recuperado el año pasado y su posible evolución.



Ya había comentado que uno de los puntos focales del ejemplar era la madera muerta. Desde el momento de su plantado no la había tocado, por lo que, comprobada su supervivencia, era momento de intentar sanearla en la medida de lo posible. Aprovechando, uno de los "cuernos" desapareció. Era madera muerta que sobraba, quedaron unos pequeños jins como testimonio.

Después de un cepillado y una aplicación de sulfocálcico algunas zonas quedaron del siguiente modo





El problema surgió en la zona inferior del tronco, la cercana al sustrato, que ya estaba mal en el momento de obtenerlo del monte y ahora todavía estaba peor. Fue comenzar a limpiar y comenzar a retirar gran parte de la madera con una consistencia casi pastosa. A base de cepillo, alicates y punzones retiré la mayor parte hasta llegar a la más dura, rematando el trabajo con una pasada de soplete para quemar las astillas y sulfocálcico



El resultado final en cuatro imágenes



 


Dando vueltas al árbol, no acababa de ver un diseño. O se iba el árbol hacia atrás, o adelgazaba el tronco... todo eran problemas. El frente que más me gustaba era el siguiente


Aunque seguía sin convencerme el tamaño excesivo de la madera muerta, que tapaba con su presencia el resto del árbol y que tampoco tenía ni conicidad ni nada... era un palo...
 
 
No acababa de ver la solución... pero después de varios días intentando resolver sin éxito el problema y de varios diseños que no acababan de convencerme... tomé una decisión
 

Seguiré con el palo de castaño en próximas entradas, aunque todavía no hay nada decidido...
 

jueves, 22 de noviembre de 2012

Un palo... de castaño... pero un palo (I)

Esta temporada de otoño, con lluvia, frío y crecientes horas de oscuridad poco puedo mostrar de mis árboles. Tareas rutinarias, como la limpieza periódica de hojas caídas en la terraza, el control de malas hierbas o la aplicación de productos fitosanitarios no tienen mayor interés... aunque tampoco lo tienen mis palitroques... pero es lo que hay y por ahora lo que tengo y me puedo permitir, o sea que... vamos con ellos.

Lo que quería compartir en esta entrada y las siguientes es una historia sin final definido, incluso algunas operaciones las estoy llevando a cabo estos días.

A primeros de noviembre del año pasado, caminando por los montes de mi aldea encontré al borde de la entrada de una finca un pequeño tronco medio muerto de un castaño (Castanea sativa). Había sufrido el paso de tractores por encima, lo que había provocado heridas y la muerte de gran parte del árbol. Realmente se trató de una recuperación, ya que en poco tiempo supongo que lo cortarían o arrancarían porque estorbaba. No llevaba ni herramientas, por lo que retiré un poco de tierra con las manos y luego tiré.

Las fotografías son malas, del móvil, pero dan una idea de lo que había (más bien poco). Acto seguido envolví las raíces en periódicos húmedos para llevármelo a casa en una bolsa de plástico




Con no muchas esperanzas lo planté en un contenedor amplio, con gravilla, parte de volcánica, akadama y algo de tierra del monte. Por febrero este era su estado, por varios lados





La brotación no fue explosiva, mayormente en la punta de las ramas jóvenes, pero al fin y al cabo estaba vivo, que era lo que importaba


El árbol no tenía muchas posibilidades, ni vieja corteza, pero valorando el poco esfuerzo que fue necesario para conseguirlo tampoco era cuestión de desaprovechar la oportunidad de experimentar con él e intentar obtener algo. Lo más sobresaliente era la madera muerta... en aquel momento.


En próximas entradas seguiremos... si no me lo cargo antes.