miércoles, 27 de febrero de 2013

Transplantando otro pino también comprado en Bembibre

Después de transplantar el pino pequeño que había comprado a Alberto Baleato Kingii en el Congreso Gallego de Bembibre (Val do Dubra), le llegó el turno a otro más grande que también le había adquirido. Así había llegado a casa
 


La imagen de antes del transplante...
 


... con las plantas de acento correspondientes... que yo pensaba que eran nabos, y ya estaba pensando en los grelos para hacer un cocidito de Lalín...


Una vez calmada la gazuza, sigo con lo serio, es decir, con el transplante del pino. Este no estaba plantado en pómice gruesa, como el anterior, sino en tierra vegetal, por lo que fue necesario más trabajo de manguera y palillo para ir retirando todo el sustrato y más adelante no tener problemas
 



Podía haber dejado así el cepellón, pero decidí limpiarlo por completo y desenredar las raíces. Las más fuertes nacen del tocón que se ve en primer término en la última fotografía. No tengo muy claro lo que hacer con ellas. Las opciones pasan por ir debilitándolas para al final poder prescindir de ellas (trabajo de varios años), o incorporarlas al nebari, aunque creo que están demasiado altas (aunque como cascada y en una kurama quizá se podría disimular el efecto).

Finalmente después de un rato y mucho cuidado obtuve unas raíces bastante largas
 

Recorté las puntas y seleccioné algunas que no tenían mucha actividad. Esto fue lo que sobró
 

Tenía varias macetas preparadas, incluida alguna de plástico, ya que no sabía lo que había debajo del sustrato. Posiblemente quedara mejor en una algo alta, estilo semicascada, pero decidí ponerlo en una grande para favorecer su desarrollo de cara a un modelado futuro y redonda ya que no deseaba tener un frente definido, aunque lo más normal sería aceptar como tal el de la primera fotografía





El sustrato, pómice y akadama de grano grueso para favorecer el enraizamiento. Y ahora, si hay suerte y responde bien, a cultivar, riego y abono, y el año que viene ya veremos lo que se comienza a hacer con este pino
 









lunes, 25 de febrero de 2013

Un cuarto de siglo... como pasa el tiempo

Pues eso... que estaba estos días con los transplantes y trabajos de mantenimiento de mis palitroques, cuando me puse a reflexionar que ya hace unos veinticinco años que planté el primer árbol (un aligustre comprado en un centro comercial como arbusto de jardín) con el propósito de hacer un bonsái con él.

Aunque ya llevaba unos cinco años con árboles en maceta (desde que había visto los "bonsáis" de Karate Kid, claro), supuso un nuevo comienzo con lectura de libros y revistas (el libro de Faust Vergés y Bonsái Actual fueron los primeros), por lo que podía ver técnicas que me parecían "mágicas" como el transplante, el alambrado...

Abandonado en su maceta durante mucho tiempo en que no me preocupé lo más mínimo por esta afición, cuando la retomé hace cinco años ahí estaba esperándome y, aunque no se pueda llamar todavía bonsái, ocupará siempre un lugar especial en mi terraza.

Y así está ahora, comenzando a brotar, aunque ese año se comportó como semiperenne, pues no perdió la totalidad de las hojas. No es el mejor, ni el más avanzado. Tiene muchos defectos, mucho trabajo por hacer todavía, pero lleva un cuarto de siglo aguantándome... merece que dedique algo de tiempo a intentar mejorarlo.


Después de la limpieza de la parte superior del sustrato y añadido de otro nuevo. Este año estoy probando otro sistema y no coloco panes de musgo. Con este clima de Galicia creo que no es necesario mantener tanta humedad en el sustrato.

Se pueden observar unas manchas en el tronco de color gris. Llevan años y no he sido capaz de quitárselas (sin cargarme la corteza, claro está). Proceden de un sellado de heridas con un cicatrizante de los comunes, usados en la poda de árboles, totalmente inadecuado por lo que se ve.


 
Y aquí otra imagen experimentando con un fondo negro provisional. Espero que pronto llegue el buen tiempo y se termine el trabajo de los transplantes para comenzar a montar un pequeño lugar para fotografiar los árboles en condiciones un poco mejores...
 
 


viernes, 22 de febrero de 2013

Me habían regalado un tejo... y recibí gato por liebre

Hace un año y medio aproximadamente una amiga de la familia, sabedora de mi afición, y con la mejor de las intenciones, me regaló un arbolito comprado en una floristería local. La etiqueta que traía el "bonsái" lo identificaba como un Taxus cuspidata, y tampoco me preocupé mucho de comprobarlo... por dejadez, supongo.
 
Venía formando el típico paisaje chino, con piedra incorporada en la maceta. Sólo me ocupé durante unos meses de regar, abonar y arrancar las malas hierbas, aunque en esta fotografía de noviembre del 2011 tenía unas cuantas, ya que pensaba transplantarlo la siguiente primavera.
 

Por diversas razones no me fue posible, quedando otro año en el mismo contenedor. Sólo riego y abono y por el mes de diciembre una pequeña poda y alambrado para comenzar a formarlo... siempre pensando que se trataba de un tejo japonés.
 
Por fin llegó el tiempo de transplantarlo, hace unos días
 

Y cual no sería mi sorpresa cuando me encuentro un cepellón muy ramificado y con buenas raíces (creció muy bien durante todo el año) pero con una cosa muy rara que no sé si se aprecia bien en la imagen
 

Todas las raíces estaban literalmente cubiertas de pequeños nódulos. Sólo ver así el cepellón pensé en una plaga cualquiera, o una infección. Era auténticamente impresionante ver tal cantidad de "cosas" parecidas a huevos... acabó en una bolsa de la basura que, por suerte, no se me ocurrió tirar en ese momento.
 
Al llegar a casa y picado por la curiosidad me puse a buscar por internet sobre nematodos, bacterias, gorgojos... a investigar un poco por si se podía contagiar a otros árboles y saber que era lo que había tenido en la terraza. Después de un buen rato me encontré una fotografía prácticamente igual a la anterior y que correspondía sin duda a lo que había hallado en las raíces de mi "tejo". El problema es que aparecía asociado a otra especie totalmente distinta: el Podocarpus.
 
Pues sí, era un podocarpo, y los nódulos que había considerado como signo de la existencia de una plaga era precisamente lo contrario, la asociación de la bacteria Rhizobium, como en las leguminosas, por lo que realmente el árbol estaba sanísimo.
 
Ya me veis a mi corriendo, abriendo la bolsa de basura, limpiando el árbol y plantándolo en la primera maceta que pillé, no sin antes llamarme unas cuantas cosas no del todo agradables por fiarme de las etiquetas de la floristería...
 
Al final el arbolito no es gran cosa, pero los regalos que se hacen con esas buenas intenciones hay que valorarlos, y como espacio tengo por ahora...
 

Por lo menos ahora sabré a qué atenerme en sus cuidados y me pareció interesante hacer esta entrada para aviso de "despistados" como yo que creen tener un tejo... y les dan gato por liebre.
 
 
 


miércoles, 20 de febrero de 2013

Aquí no se tira nada...

Allá por comienzos del 2011 equivocamente había cortado el ápice de un aligustre (Ligustrum ovalifolium) bastante grueso que había mostrado en otras entradas
 

Como no perdía nada por probar, planté el pedazo de tronco en una maceta, para intentar que enraizase. Brotar brotó, no con mucha fuerza, pero brotó. El año pasado 2012 comprobé que el enraizado había sido muy deficiente, pues sólo había conseguido raíces en un lado, quedando el resto del tronco seco (era demasiado grueso), con lo que lo pasé a una maceta más pequeña con unos restos de akadama (cosas de no querer tirar nada), y así quedo durante todo el año.
 
Así llegó a estos días pasados, en que me dije: o lo tiro o intento hacer algo con él, aunque sólo sea practicar...
 


La madera estaba tan seca y abandonada que hasta se podían observar unos curiosos inquilinos
 

Manos a la obra, gubia, martillo, algo de paciencia y al final se anima uno y la madera quedó reducida a una parte bastante pequeña, quedando una vena viva a un lado. En todo caso, de raíces no estaba muy mal.
 




Como las raíces eran todas muy finas, tuve que poner un par de hembrillas en la parte inferior para poder fijarlo a la maceta con los alambres
 

Plantado en una maceta que se puede considerar de entrenamiento, de esas buenas, bonitas y baratas, a la espera de que brote y desarrolle un mejor pan de raíces para intentar modelar un pequeño sohin con él.

A la madera le di un tratamiento con caldo sulfocálcico y en la parte inferior que está más en contacto con el sustrato, endurecedor. Mientras se secaban los productos mantuve las raíces envueltas en un paño húmedo. En contacto con la madera seca me interesaba que hubiese la menor cantidad de humedad posible, por lo que esa zona la rellené con arena y arlita en la parte superior.
 


Resta aguardar a la la madera se seque y envejezca un poco para retocarla, pero por ahora lo dejaré tranquilo.

Desde luego, en estas épocas hay que intentar aprovechar todo y no tirar nada... que siempre se le puede encontrar utilidad, aunque sólo sea para disfrutar un poco practicando.





lunes, 18 de febrero de 2013

Transplante de un pino comprado en Bembibre

En el Congreso Gallego de Bembibre, además del castaño que había mostrado en otra entrada, había comprado otros árboles, entre ellos un par de pinos (Pinus sylvestris), y había llegado el momento de transplantarlos para ver lo que había por debajo del sustrato. Comencé con el más pequeño, sobre todo porque tenía maceta para él...
 
Así había venido de Bembibre
 
 
Gracias a unos excelentes cuidados, un cultivo totalmente adecuado y un régimen de abonado preciso había conseguido que la vegetación creciese de manera totalmente IMPRESIONANTE. Pasen y vean...
 


Realmente la pereza es mala cosa. Casi ni se veía el pino... Al retirar la maceta la mayor parte del sustrato estaba formada por pómice de grano grueso, y muy poca tierra del monte, que retiré con el mayor cuidado, rematando el trabajo con unos manguerazos para dejar prácticamente limpio el cepellón.
 
Despunté un poco las raíces, muy extendidas y  fuertes, y sólo tuve que cortar una parte pequeña de raíz gruesa que impedía el plantado en la maceta elegida
 

El resultado final en unas imágenes laterales
 


Vista trasera
 

Y, finalmente, el frente


Espero que con los cuidados adecuados se recupere del transplante (que no fue demasiado traumático, por cierto), para intentar ir consiguiendo brotación trasera y el año que viene retocar las ramas muertas, sobre todo la gran rama trasera, lo que espero otorgue algo de carácter a este ejemplar.
 
Pero eso será el futuro... por ahora toca esperar y cultivar. El primer paso ya está dado...

 


sábado, 16 de febrero de 2013

Aunque no es gran cosa... una forsythia para transplantar

Como es época de transplantes, pues transplantamos... a veces árboles mejores, otras veces árboles peores. Los primeros en los que estoy trabajando son precisamente de estos últimos, unos desastres impresionantes, pero con el tiempo frío y lluvioso de estos días no me arriesgué a mover árboles más grandes o más delicados.

Un ejemplo de los trabajos en estos "palos" desastrosos es el transplante de una forsythia procedente de una partida de esquejes de un ejemplar de jardín obtenidos hace unos años... lo que quería era el árbol original, pero no pudo ser. El éxito fue total, pues todos los esquejes enraizaron. De ellos sólo conservo uno en maceta, y es el protagonista de la entrada de hoy.
Realmente es una especie interesante por la facilidad de su obtención, pero si no elegimos un esqueje que tenga cierta conicidad o movimiento poco vamos a poder hacer, es difícil de alambrar y que mantenga la posición y difícil de conseguir un engrosamiento apreciable del tronco, por lo menos en bastantes años.
Entre los puntos a favor su dureza y la floración, abundante y sencilla de conseguir, pues no hace falta ningún cuidado especial para poder disfrutar de sus ramilletes de flores amarillas. De este ejemplar sólo tengo una fotografía (muy mala) de hace un par de años con unos toques de color
 

Este esqueje tiene más defectos que virtudes, pero como tampoco es especialmente complicado su cultivo, me resulta interesante seguir conservándolo, más por motivos sentimentales que estéticos. Después del transplante y fuerte poda a comienzos del año pasado era un simple palo
 

Y un palo sigue siendo, aunque un poco más ramificado y con las heridas de la poda prácticamente cerradas
 


Antes del transplante retoqué algún detalle, como una rama trasera tan gruesa como el tronco ya que ahora tenía una rama joven para sustituirla
 



Esta especie requiere de un transplantado anual, afirmando algunos autores incluso que se debía llevar a cabo dos veces al año, ya que la forsythia produce gran cantidad de raíces, "atascándose" su crecimiento. Realmente el cepellón es muy bueno considerando que proviene de esqueje
 


Desenmarañar y cortar, retocando alguna raíz que se cruza
 
 




Y después de lavar con manguera y acortar más, así queda, todo raíz fina, por ahora ninguna gruesa
 

El brote en la parte inferior del tronco lo había conservado para intentar que éste engrosara, pero se hace necesario sacrificarlo para no provocar heridas demasiado grandes. La primera rama también es horrorosa, pero posiblemente el año que viene ya pueda recortar ese tramo recto y sustituírlo por un brote nuevo, por ahora está ayudando a cerrar la cicatriz de la poda.

El resultado final, después del cambio de maceta, es el siguiente
 


En conjunto no es gran cosa, tanto en tronco, como en la rama principal, la ramificación... pero siempre me regala en primavera una buena floración, motivo para mí suficiente para conservarla en la terraza y disfrutar de este arbolito.