jueves, 28 de marzo de 2013

Dos pequeños olmos transplantados este año

Como es habitual en colecciones de principiantes en este mundo del bonsái, no podían faltar en mi terraza unos cuantos ejemplares de Ulmus parvifolia, unos procedentes de regalos y algún otro de alguna compra que hice aprovechando ofertas de grandes almacenes. Dos de ellos son de pequeño tamaño y no muy buena calidad, pero ni ocupan mucho ni requieren excesivos cuidados, por lo que puedo divertirme y practicar con ellos.

Uno de estos olmos lo había comprado hace tres años en un centro comercial por cuatro eurillos. Era un palo cilíndrico con cuatro ramillas. Después de transplantarlo, podarlo, e ir dirigiendo el crecimiento, en un año había mejorado... ¡ya tenía seis ramillas!. En noviembre del año 2011 esta era su "estampa"
 
 

 
Y este año, después de transplantarlo en la misma maceta, que me parece que no le queda mal de todo

 


Será necesario un poco de trabajo para crear ramificación y crear una silueta acorde con el tamaño del árbol, pero en un par de años puede quedar un pequeñín decentillo y, total, para cuatro euros que ha costado tampoco le podemos pedir más...
 
El otro fue un regalo indirecto, es decir se lo regalaron a mi mujer sabiendo que a mí me gustaban los bonsáis y, naturalmente, como "todo lo mío es tuyo y lo tuyo mío"... se vino para mi terraza...

No acabo de encontrarle una formación que me guste, por lo que es posible que me anime a acodar la parte superior y obtener dos árboles pequeños. Así estaba en julio del año pasado después del pinzado
 

Y así quedó después del transplante y comenzando a brotar, aunque no observo mucha evolución, la verdad
 
 


Según vaya evolucionando este año, o si acaba por gustarme, lo mantendré así o bien me plantearé un acodo por el lugar que indica la flecha
 

La parte superior la dejaría crecer para hacer un árbol de tamaño más grande, y la parte inferior podría intentar formarla en otro estilo
 

Pero sólo es un proyecto...





lunes, 25 de marzo de 2013

Cortezas de boj

Estos últimos días, revisando los árboles en la terraza, me fijé en los ejemplares de boj que tengo y en la corteza de los mismos, todas muy diferentes. Supongo que serán variedades, pero es curioso...
La propia del Buxus harlandii es peculiar por sí misma, muy característica

La siguiente corresponde a un Buxus sempervirens comprado en un vivero, posiblemente procedente de esqueje, de un diámetro de unos cinco o seis centímetros. Ofrece la impresión de no ser muy vieja. La zona de la izquierda corresponde a una zona de madera seca reciente

El Buxus sempervirens que había comprado en el Congreso Gallego, de buen porte y con unos cuantos añitos tiene una corteza similar a la anterior

Y la corteza que más me gusta es la de dos ejemplares que llevan en maceta casi veinticinco años, procedentes de acodo natural (ramas que en contacto con la tierra enraizaron) de un ejemplar existente cerca de la casa de mis padres. Posiblemente sea otra variedad distinta de Buxus sempervirens, mucho más rústica, pero desde luego la corteza tiene su encanto, más aún cuando se trata de troncos de unos tres o cuatro centímetros de diámetro únicamente.


Ya que he acabado los transplantes y sigue lloviendo ahora me dedico a disfrutar del trabajo realizado y fijarme en algún detalle... es decir, a descansar y disfrutar, que mucho más no se puede hacer.





sábado, 23 de marzo de 2013

La pequeña forsythia en flor... ya estamos en primavera

Aquella forsythia que había transplantado a comienzos de febrero, como es natural en esta especie, agradeció el trabajo en las raíces y el cambio de sustrato, y todo este mes lleva regalándome sus flores, incluso, como se recordará, bajo la nieve
 

El trabajo durante este y los próximos años consistirá en intentar aumentar y mejorar la ramificación, que ahora todavía es muy, pero que muy pobre. Mientras tanto... toca disfrutar de lo poco que tenemos
 





domingo, 17 de marzo de 2013

Una visita al rehabilitado pazo de Liñares, en Prado (Lalín)

El pazo de Liñares, en San Martín de Prado (Lalín) fue, en su época, una de las grandes casas hidalgas de la tierra de Deza. A lo largo del siglo XX sufrió diversos avatares y el cambio de titularidad en varias ocasiones, lo que hizo que la gran mansión deviniera en un estado próximo a la ruina, muy alejado del esplendor que había tenido en otros tiempos.
 
Hace unos años lo adquirió el Ayuntamiento de Lalín con la intención de rehabilitarlo, obras que, en lo esencial, han concluido, por lo que la semana pasada se nos ofreció la oportunidad a los miembros del Seminario de Estudios do Deza a visitarlo y apreciar in situ los trabajos realizados.
 
Como comentario personal, ya que lo visité por primera vez por el 1999 y luego en varias ocasiones en los siguientes años, apreciando de primera mano el rápido deterioro que sufrió en los últimos diez años, me parece una rehabilitación magnífica. Hay que entender que no se trata de una restauración, conservar todos los elementos que había (la mayor parte con relativo o ningún interés), sino una adecuación para convertirse en un espacio multidisciplinar donde convivan archivos, bibliotecas, exposiciones de arte, laboratorios de naturaleza y de arqueología... no en vano el edificio ocupa una superficie cercana a los 1000 metros cuadrados, por lo que se dispone de casi 2000 metros cuadrados de salas que se pueden dedicar a múltiples actividades.
 
Sin más, paso a compartir unas cuantas fotografías de la visita, pero he querido ir más allá e incluir también otra serie de ellas tomadas en el año 2004, a través de las cuales podemos apreciar no sólo la situación en la que se hallaba este pazo sino también el gran trabajo que se ha llevado a cabo en él.
 
Primeramente una vista general desde la entrada (siempre irá primero la fotografía del año 2004 y después la actual)
 


La capilla del pazo



La extensa fachada principal, de finales del siglo XVIII.
 


Unos detalles de la fachada principal. Primeramente un balcon, sustentado por ménsulas con ornamentación vegetal
 

Y la piedra armera, de los Taboada y Mosquera, en una gran peineta barroca. La limpieza de la piedra ha sido perfecta...
 

Una imagen de la zona más antigua del pazo, con orígenes en el siglo XVI, en una antigua torre. Corresponde a la zona de la cocina con su monumental chimenea.
 
 

Las que siguen son unas imágenes actuales de la fachada posterior del pazo, una de las zonas más bonitas del mismo
 




Desde la galería posterior se puede disfrutar de unas magníficas vistas de la iglesia parroquial y de los alrededores
 

Y en el pretil se ubican las piedras armeras más antiguas del pazo, con las armas de los Taboada, Camba, Varela, López de Lemos...
 

Ya que líneas atrás hablé de la chimenea de cocina, comenzaré un breve recorrido por algunas estancias del interior precisamente por este elemento característico de los pazos, que en este caso es de unas dimensiones notables, asentada sobre una estructura maciza de piedra de unos cinco metros de altura, que soporta el ingente peso de esta grandiosa chimenea. La primera fotografía corresponde a su estado en 2004 y la segunda después del trabajo de rehabilitación
 


La entrada principal del pazo de Liñares...
 


Otro de los elementos característicos, en las antiguas caballerizas el comedero, con capacidad para diez cabezas de ganado. Gran parte de las piedras del mismo fueron usadas para relleno de la carretera que pasa a pocos metros del pazo, por lo que sólo se pudo recuperar lo que ya existía. Constituye en la actualidad el centro de interés de una amplia estancia.
 


Realmente impresionante el salón principal del pazo de Liñares, decorado con pinturas murales que fueron restauradas en su totalidad, cuenta con superficie de 120 metros cuadrados, por lo que es una de las salas más importantes del edificio.
 


En los alrededores se conservan ejemplares arbóreos de interés. Destaca un olivo posiblemente varias veces centenario cuyas maderas y ramas necesitan ser saneadas
 

Y en el jardín principal una sequoia y un magnolio centenarios y de gran porte, sobre todo el último citado, auténticamente impresionante...
 


Espero que la visita haya sido de interés. En verdad he quedado satisfecho de la visita, sobre todo por rescatar de la ruina un edificio emblemático del pasado hidalgo de Deza. Trabajar en común para llenar de contenido los espacios del pazo y hacer de él un monumento vivo será lo más difícil...



 

miércoles, 13 de marzo de 2013

Un poco de nieve...

Un poco de frío y mal tiempo en estos días finales del invierno no impide que nuestros árboles y plantas aguarden ya el inicio de la primavera, deleitándonos con sus nuevos brotes y con su floración...