La penúltima de las adquisiciones en el mercadillo del Congreso Gallego de Bonsái celebrado en Bembibre (Val do Dubra) vino de la mano de Juan Liñares. Sólo verlo en su puesto, en el que podíamos encontrar magníficos ejemplares de las más variadas especies, me dije: este pa mí.
Casualmente los días anteriores había repasado las publicaciones de su blog Cuaderno de Bitácora, en el que publicó la historia de este pequeño ejemplar, lo que para mí añade más valor sentimental al arbolito, ya que así tengo fotografías suyas casi desde el inicio.
Este es el tejo en cuestión
El "tejín", como lo nombró Juan Liñares supondrá un reto para mí, tanto en sus cuidados (peores que los que le prodigaba Juan, seguro) como en el momento de comenzar su modelado, en el que tendré que esmerarme para conseguir algo que haga honor a la maestría de su antiguo dueño, apreciable en la calidad de sus trabajos y, sobre todo, en su disposición a compartir enseñanzas con los que, como yo, comenzamos a lidiar con el bonsái.
Seguro que lo haces genial, yo también quiero un tejo... por cierto con tanta compra, no te han echado de casa? Si yo parezco con tanto arbolito tendría que pedir asilo político. Jajaja
ResponderEliminarSaludos, Loli
En el congreso había unos tejos fantásticos... en todos los sentidos, ya me entiendes.
EliminarTodavía entra mucha cosa en las terrazas. Además hice la promesa de que me iba a deshacer de muchos que tienen poco futuro... lo que no dije es cuando jajajaja.
Todavía falta un árbol por enseñar, el primero que compré y el que más me gustó. Mañana.
Un saludo. César.