sábado, 3 de marzo de 2012

Seguimos con los transplantes

Como estamos haciendo todos, esta época es de trabajo transplantando y poniendo en orden nuestros árboles. Este año había muchos a los que no le tocaba y otros de los que me quería deshacer al final, por un motivo u otro, quedan en los bancos de cultivo, por lo que hubo que proceder a cambiarlos de maceta.

El primero es una lila, comprada en vivero por septiembre del año pasado por una cantidad realmente pequeña, pero que me gustó por la especie y por su corteza. Como es habitual, y más en un ejemplar que debía llevar años en la misma maceta, el transplante fue complicado, desenredando y cortando raíces, para poder dejarla a raiz desnuda. En diciembre, después de un alambrado provisional estaba así


Poda fuerte y transplante. Frente.


Lateral


No parece que le hubiese afectado el trabajo, pues una semana después está brotando y creando yemas por todos lados. Detalle de la corteza, uno de los motivos por los que me gustó el ejemplar.



El segundo árbol es un prunus, creo que de la especie domestica. Aquí le llaman ameixeira y da una especie de ciruelas pequeñas y negras. Lo había plantado en una maceta hace casi veinte años y el pobre arbolito quedó abandonado a su suerte hasta la primavera del año pasado. La fotografía más antigua que tengo es del 2007, cuando el tronco original había muerto y restaba un brote que se había desarrollado bastante bien, a pesar de la tierra compactada después de diez años sin cambiarla.



Una fotografía antes del transplante


Una con hojas, en abril de 2011


Y después del transplante, frente



Lateral


Y el motivo por el que me quedé con este árbol pequeño y sin mucho futuro, la corteza, que demuestra sus años en maceta






2 comentarios:

  1. Hoy he ido a un vivero y me he acordado de ti, me he venido con un arbolito para casa. Era un chollo y me llamaba.

    Saludos, Loli

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  2. Yo le llamo "Síndrome de E.T."... Para mi casaaaa... para mi casaaaa...
    Es un vicio, pero sano. Total por ocho eurillos que me costó la lila no se la iba a dejar allí.
    Saludos. César.

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