domingo, 22 de abril de 2012

Mal cultivado y de una especie difícil... pero le tengo cariño

La entrada de hoy me lleva a otro de aquellos plantones que puse en maceta en la primera etapa de mi afición, hace un cuarto de siglo (¡que bien queda esto, que parece histórico y todo!. Se trataba de un pequeño ejemplar, de no más de dos años de edad, de Pinus pinea, pino piñonero. Plantado en una maceta, permaneció muchos años en la misma, la época en que abandoné el bonsái.

Cuando decidí recuperar alguno de los árboles que tenía, aunque a este no le veía mucho futuro, decidí probar con él. La primera fotografía que tengo es de agosto del 2007, o sea que ya tenía unos veinte años.



La maceta, pura artesanía, y sobre el sustrato una imagen vale más que mil palabras


Este árbol era una auténtica maravilla, ramas bien ramificadas, bonita forma, maceta adecuada... pero todo al revés. En noviembre, aunque parezca mentira, ya aparecía un poco más denso



La maceta casi se desintegró y, aunque no estábamos en crisis (económica, pero de ideas ni os cuento), meterla dentro de otra más grande como solución de urgencia y ya está (lo vemos en octubre de 2009). Las ramas inferiores se habían secado y sólo quedaban las superiores, aunque brotaba muy bien


En ese año lo transplanté, no a maceta de bonsái, pues todavía no estaba muy convencido de poder hacer algo con él. A finales de 2010 procedía a darle un primer modelado, sin mucha idea de como hacerlo. Un par de curvas en el tronco, por donde podía, ya que no era muy fácil doblar un tronco de 25 años. Con tensores y a lo largo de un mes, fui doblando poco a poco y así quedó (mal, pero...)


El año que viene espero efectuar su primer transplante a maceta de bonsái. No es gran cosa, pero lleva muchos años conmigo y me sirve para practicar alambrado y cultivo. Este es su estado actual, observándose también el sistema de abonado "a lo pobre" con vasos de yogur reciclados


Va a ser difícil construir un ápice y una estructura decente, pero hay detalles que me gustan, como la corteza, que va tomando carácter


Y demasiado mal no le debe sentar mi cultivo, ya que aumentó bastante la densidad. Comparemos la fotografía de diciembre de 2010 con la imagen actual, un año y medio después



¿El sistema? Primero, abono y sol. En otoño limpieza de agujas viejas (pinchan como demonios) y, sobre todo a mediados de primavera y comienzos del verano, aunque si hace falta se puede realizar en cualquier momento, despuntar el nuevo crecimiento con tijeras. Con esto se produce una brotación trasera abundante y fuerte.

Espero en otros cinco o seis años conseguir acercar el verde al tronco y crear algo de ramificación. Mientras tanto, aunque no sea un gran árbol (y posiblemente no será un bonsái bonito en el futuro), después de un cuarto de siglo lo seguiré cuidando. Son "las cosas del querer". 



4 comentarios:

  1. Me pasa lo mismo que a ti, les coges cariño aunque no sepas muy bien por donde tirar en su diseño. Yo encima lo paso fatal cuando a alguno de ellos le pasa algo.

    Saludos, Loli

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también estaría fatal después de lo que te pasó en la exposición. Perder maceta y un árbol al que le tienes cariño por culpa de un desaprensivo o de un oportunista es tener mala suerte, porque seguro que habías quedado muy contenta de la exposición.
      Ánimo y un abrazo. César.

      Eliminar
  2. Eso es algo que suele pasar. Tenemos árboles mas por sentimentalismo que por su valor estético. Con mi falta de espacio mas de una vez he tenido que olvidarme del sentimentalismo en aras de la calidad. Te comprendo perfectamente.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Mientras practico con el pino tengo la esperanza de conseguir algo mediano con él. Al ir consiguiendo material de mejor calidad y más fácil de trabajar te tendré que dar la razón y mandar el sentimentalismo a paseo... sino cualquier día no cabemos los árboles y yo.
    Gracias por el comentario. Saludos.

    ResponderEliminar