viernes, 8 de junio de 2012

La madre... del aligustre

El pedazo tronco de aligustre de la entrada anterior tuvo su madre / padre, naturalmente. Había nacido de un esqueje, más bien pequeño, de uno de mis primeros árboles, que ya había presentado hace tiempo.

Lo había transplantado este año a una maceta mucho más apropiada (creo) que la que tenía.


 Ya le hacía falta una sesión de peluquería. Así estaba estos días (parte trasera, laterales y frente)





Como veis, sigo con mis cestas de diseño. No son especialmente estéticas, pero cumplen su función. Son baratas y sabrosas (su contenido). Además, como empleo normalmente un abono de "baja graduación", me permiten abonar en cantidad y cambiarlo más frecuentemente. El Biogold y las cestas de abono habituales las empleo en otros árboles más pequeños o con otras necesidades, en los demás uso un abono orgánico granulado a base de estiercol de caballo y oveja o cabra, a 9 euros el saco de 25 kg. No produce olor y la diferencia con el Biogold y similares en cuanto a precio me justifica un hipotético peor resultado (que no he notado tanto, la verdad, ya que uso mayor cantidad).

Este año pensaba defoliar el aligustre, pero por falta de tiempo (¿quizá de ganas también?) me limité a pasarlo por la peluquería





Y algún retoque más hubo que hacerle. Todavía alguna rama está un poco escasa de vegetación y otras tienen que crecer en longitud, pero al ser un aligustre no debería tener problema en conseguir un árbol decente en tres o cuatro años más. Conseguir un bonsái maduro ya es otro tema...






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