viernes, 16 de diciembre de 2011

Un proyecto de aligustre

La historia de este aligustre de California (Ligustrum ovalifolium) comienza desde un esqueje de otro ejemplar de mi colección al que en otro momento dedicaré una entrada. Después de un par de años en maceta, se usó como planta ornamental de jardín, en el que estuvo durante unos diez o doce años. Como ya se hacía demasiado grande decidí arrancarlo e intentar comenzar a educarlo como bonsái. Las primeras fotografías que conserva son de enero de 2009, todavía plantado en el suelo y tras una somera poda. Su altura debía ser de unos dos metros.




Una vez arrancado se usó una maceta de gran tamaño y se podó hasta una altura de un metro, más o menos. La idea era aprovechar el arranque de las ramas para crear un bonsái en escoba de tamaño grande, pues eliminarlas supondría unas grandes cicatrices en el tronco muy difíciles de disimular después, además corría el riesgo de una retirada de savia importante.
 
En julio de 2009, como se puede apreciar, no se había resentido de la extracción. Los aligustres son muy resistentes y además enraízan muy fácilmente, por lo que nunca hubo peligro de perder el árbol (además se pudo arrancar con un buen cepellón de raíces finas).



En octubre del mismo año se cortó parte del crecimiento, que ya se disparaba totalmente, esperando transplantarlo en la primavera del siguiente (2010).



Por diversos motivos, no tuve tiempo para proceder a su transplante y primera formación en la primavera, por lo que quedó un año más en la misma maceta, desarrollándose vigorosamente.
 
En la primavera de 2011 un voluntario con muy buenas intenciones pero con muy mala puntería rompió mis esquemas sobre el buen futuro que le veía al aligustre. El "rapado" que le metió casi hace que sólo sirviese para leña. Como me daba pena usarlo para eso, haciendo de tripas corazón lo transplanté, lavando bien las raíces, a una maceta de entrenamiento de plástico que había comprado hacía poco a Kingii. Estas macetas, por cierto a un precio muy atractivo y con muy buena calidad, usadas con árboles en formación los hacen destacar mucho, ganan un montón.
 
Vamos con la foto en marzo de 2011, recién plantado en akadama + volcánica. La maceta mide 43 cm de largo, por lo que el nebari debe andar por los 20 o 25 cm. El gran corte en bisel también se aprecia perfectamente.


Durante este año lo alambré y cultivé con el objetivo de que las ramas principales fuesen quedando en posición y ganasen en grosor. En el aligustre es importante proceder al alambrado cuando los brotes son jóvenes ya que después se hacen muy rígidos por lo que es casi seguro que se romperán al intentar doblar. Asimismo hay que controlar el engrosamiento de las ramas, que hace que el alambre se clave muy pronto. También fue una labor importante la eliminación de casi todos los chupones que constantemente nacen del tronco y la base de raíces (más de 30 he llegado a cortar en una sesión), lo que hace también que se puedan crear ramas casi en cualquier sitio.
 
En noviembre de este año 2011 ya  parece que va cogiendo forma


En la próxima primavera no lo voy a transplantar e intentaré arreglar el corte superior trabajando la madera e intentando aligerar un poco su impacto visual, ya que con ese tamaño nunca va a cerrar completamente.


Esperemos que en los próximos 20 años pueda conseguir algo más o menos decente. En caso contrario, siempre me quedará lo que disfrutaré intentándolo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario