Este mes se me va a hacer eterno. Entre unos exámenes que tengo por ahí perdidos y a los que debo prestar atención preferente, y que unos días está de niebla, otros con helada, otros con sol y calor, no tengo tiempo suficiente para efectuar ningún transplante y los árboles están locos, locos. Alguno está con ganas de comenzar a brotar o florecer, pero prefería retrasar un poco los trabajos, ya que supongo que vendrán muchas noches de temperaturas bajas que los podrían dañar.
Hoy, como estaba buen día, y para tomar un descansito de los estudios, me dediqué un rato a cribar y seleccionar algún saco de sustrato, para adelantar el trabajo. Para ello no se necesita mucho material:
Un cedazo. El que tengo es pequeño, de mallas intercambiables de 1, 4 y 8 mm, pero con lo que cuestan, no compro otro. Tengo tiempo.
Recipientes para distribuir las distintas granulometrías. Compré en un bazar oriental una partida de ellos y son cómodos para tener separados los calibres y para después hacer las mezclas. Además, en caso de necesidad, con unos agujeros hacen unas macetas de entrenamiento buenas.
Comencé con un saco de pómice. Era la primera vez que la compraba y es de grano bastante grueso. En todo el saco un par de puñados de granulometría de 4-8 mm (el más útil para el tamaño de mis árboles) y muy poco polvo. Servirá para un par de pinos y juníperos grandecitos que tengo, naturalmente después de lavarla bien.
Una imagen con los recipientes a que me había referido antes (naturalmente lo cribé en el exterior, sale demasiado polvo para hacerlo en el interior de casa).
Seguí con un saco de akadama que también era de grano grueso y con muy buena calidad, apenas un puñadito de polvo.
El día anterior había preparado musgo para cubrir después de los transplantes. El musgo lo había recogido hace tiempo y estaba bien seco. Probé un sistema que había pensado para desmenuzarlo, con un pasapurés viejo, pero hay que decir que fue un fracaso total. Como no me atreví a usar la batidora eléctrica (por razones familiares evidentes), seguí el método tradicional: tijera y paciencia. Creo que no quedó muy mal. Para cubrir el sustrato y que mantenga humedad y proteger las raíces supongo que valdrá.
Probaré también a mezclarlo con otros tipos de musgo seco y desmenuzado para así intentar su siembra y conseguir un buen tapizado en las macetas.
Mañana seguiré con más akadama, volcánica y gravilla. Así tendré algo adelantado, que dentro de quince días comienza el trabajo en los árboles... ¡por fin!
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