En sus orígenes el pazo de Beilás aparece relacionado con el linaje de los Taboada de Deza. Lo atestiguan sus escudos de armas y la referencia documental de que Gómez de Taboada, escudero, vivía en San Miguel de Goiás, siendo propietario de una torre, que podemos identificar como la de Beilás. En todo caso, la relación de los Taboada con Goiás es antigua. En la iglesia parroquial, a la que pienso referirme en una próxima serie, se encuentra el monumento funerario de otro Gómez de Taboada, abuelo del anterior, fallecido a finales del siglo XV, y uno de los hidalgos más poderosos de la antigua tierra de Deza.
A mediados del siglo XVI Beilás ya figura relacionado con el linaje que lo habitaría hasta el siglo pasado: los Varela. El primero documentado en la torre de Beilás es Lopo Varela, escribano de la Audiencia y Número de la tierra de Deza por la iglesia de Santiago desde 1534 hasta su fallecimiento, acaecido a comienzos de la década de 1570. Era hijo del también escribano de Deza y Trasdeza Men Vázquez, y casó con Inés Alonso, descendiente de los Gundín de la Casa da Laxe, en Monterroso.
En la iglesia de esta parroquia tenían los propietarios de Beilás enterramientos dotados. Dos de ellos se encontraban en la Capilla de San Antonio, situada hacia la puerta traviesa de dicha iglesia. El 1 de diciembre de 1594 se celebró una concordia con el cura Gabriel Estévez para asentar otra sepultura de piedra dentro del coro de dicha iglesia parroquial. Ninguna se conserva.
Alonso Vázquez Varela casó en dos ocasiones, la primera con María García de la Vega, de la que tuvo a Gregorio Varela, al cual su padre dejó por heredero con gravamen de vínculo y mayorazgo, señalado sobre las Casas y Torre de Beilás. De segundas casó con Madalena de Ventosa. De ella nació Jerónimo Varela, nombrado segundo en la línea sucesoria. Por concordia con su hermano llevó las Casas de Beilás, que reparó, por no haber hallado sino paredes barridas, como afirma en su testamento, otorgado el 24-I-1625. Contrajo matrimonio con Jerónima Sánchez, hija de Andrés Sánchez, señor de la importante y antigua Casa de Cercio, con descendencia, que siguió residiendo en este pazo.
A finales del siglo XVIII se uniría Beilás con otro de los solares de los Varela, la Casa Grande da Baíña (Agolada, comenzando el declive del primero (y su posterior ruina), ya que dejó de ser residencia de sus propietarios, llegando a habitar en sus dependencias cuatro caseros. Entre los vecinos del lugar de Goiás se conoce como "Casa Grande dos señores da Baíña", familia a la que todavía pertenece.
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