jueves, 24 de mayo de 2012

Pinzado (por llamarle de alguna manera) de dos pequeños olmos

La semana pasada, aunque pude disfrutar de poco tiempo para los árboles, dediqué un par de horitas a adecentar alguno de los árboles más pequeños y que menos atención requerían. En particular pasé a la peluquería a dos pequeños olmos, procedentes de regalo, constatando dos cosas importantes: la primera, que ninguno de ellos es gran cosa, pero como dice el refrán a caballo regalado... y la segunda, y no menos importante, que no valgo para peluquero (cada día estoy más convencido que tampoco para el bonsái, pero nos vamos divirtiendo).

Uno de ellos creo que me lo habían dado por agosto del 2009. Lo único que había hecho era pasarlo a una maceta sin tocarle a las raíces y en diciembre se había desarrollado ligeramente



Mucha idea de lo que hacer con él no tenía. Las típicas curvas del tronco de los ejemplares de centro comercial no solucionaban mucho el diseño, ni inclinándolo (todavía peor)


Después de dos años seguía sin saber que hacer con él. Lo había transplantado ya un par de veces y, la verdad, es que la maceta me parecía que le quedaba bien, pero el resto...


El ápice lo había comenzado a formar de nuevo desde cero y como en marzo de este año me había pillado el toro y no puede transplantarlo, en la misma maceta se quedó


Malo, malo...


Una poda del ápice y así estaba antes de pasar por la peluquería


Después, lateral


Frontal


El segundo olmo todavía tiene menos "chicha". Típico de un hipermercado, tampoco supe muy bien lo que podía hacer con él, pero no era cosa de despreciarlo. Así era allá por noviembre del año pasado


Y así quedó


El pedazo de taza tiene un sedum, pero no es el que ya había publicado anteriormente, pues ciertos problemas con esos animales voladores que todos conocemos, que se llevaron la planta y el musgo (creo que para hacer los nidos). Voy a tener que tomar medidas como bien nos cuenta Loli en su lucha contra los pájaros.

El fin de semana, más trabajo... si se puede. Y si no hay tiempo, no nos agobiemos, hay más días que morcillas (o eso dicen).

Saludos.






4 comentarios:

  1. A todos los aficionados al bonsai nos pasa lo mismo, a veces nos empeñamos en hacer bonsai con cualquier cosa que tenga raíces, y generalmente, de dónde no hay no se puede sacar, por eso nos embelesamos cuándo vemos trabajos en las revistas, sin percatarmos de que ese trabajo es muy bueno, pero lo realmente excepcional es el árbol que se trabaja, juníperos con troncos retorcidos por mil y un vientos, tortuosos. Es lo más difícil y a veces imposible de nuestra afición, obtener ese material realmente bueno para trabajar, pero estos materiales de que disponemos nos permiten ir adquiriendo una experiencia que será totalmente útil cuándo de verdad podamos acceder a árboles decentes, así que nada de desánimos que nuestros grandes árboles, aún están por llegar.
    Saludos.

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    1. Muchas gracias por los ánimos, amigo. Hay momentos que tenemos la autoestima baja, pero no puedo olvidar que la mayor parte estamos en esto para DISFRUTAR de nuestros árboles, sean como sean. Lo que más me duele es saber que tampoco valgo para la peluquería... ;)
      Saludos y gracias. César.

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    2. A peluquero se aprende como a capar, es decir, cortando huevos, en este caso hojas y ramas. Tampoco han quedado tan mal. Para mi, la parte de peluquería, es la mas divertida del bonsái.

      Un saludo.

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  2. Divertido sí que es, sobre todo cuando vas cortando de un lado y dices: "tengo que cortar más del otro". Cortas del otro y repites: "el otro lado me quedó más largo"... y ya la liamos. Menos mal que los olmos crecen bien y aguantan.
    Gracias, amigo, por el ánimo.
    Un saludo.

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