jueves, 15 de noviembre de 2012

Un par de setas en un árbol... con poco me conformo

Como no pude acudir a Alcobendas sólo me queda el recurso de disfrutar con todas las imágenes y relatos que van apareciendo por los distintos blogs y páginas de internet, que contribuyen a aumentar todavía más la envidia por no haber podido estar allí. Gracias a todos por compartir vuestras fotografías y vuestras impresiones y, ante todo, enhorabuena no sólo a los ganadores, sino a todos los participantes, ya que la calidad de absolutamente todos los bonsáis allí expuestos era altísima.
 
Naturalmente esta temporada ni me atrevo a poner ninguno de mis proyectos de bonsái. Cada uno tiene que estar orgulloso de lo que tiene... pero sin pasarse, que una cosa es orgullo y otra osadía y temeridad... que hay que ser realistas y los palos son palos, pero al lado de una maravilla de estas se quedan en mondadientes.
 
La semana que viene espero ir mostrando alguna pequeña cosita, algún proyecto todavía muy verde. Pero, mientras tanto
 


Un par de setitas en un aligustre. No es mucho, pero... ¡ya tengo setitas, que no tenía ninguna! Es una tontería, pero detallitos así de pequeños también me causan satisfacción y su observación, la contemplación de nuestros bonsáis (árboles, perejiles, palos... como los queramos llamar o con la calidad que seamos capaces de conseguir... pero nuestros  al fin y al cabo) y el aprender a respetar y adaptarnos a sus tiempos, a su ritmo, siempre más sosegado que el nuestro, es otra perspectiva para seguir disfrutando de esta maravillosa afición.
 
Y esta postura tan trascendente, con estos desbarres filosófico-metafísicos y erótico-festivos, se debe a una sobredosis de información sobre Alcobendas y a la subida de la bilirrubina provocada por la envidia por no haber podido ir el fin de semana. Con unos días de reposo, riego y un fungicida sistémico ya me pongo como nuevo y vuelvo a poner las tonterías de siempre.
 
Como he dicho enhorabuena a los participantes en Alcobendas por la calidad de los bonsáis expuestos y gracias a los que han acudido al concurso por la cantidad de fotografías que han traido y compartido.
 
Un saludo.
 

12 comentarios:

  1. Que cantidad de tonterías que acabas de decir ;))
    Para mi tienes más merito tú con tus palos que el tío que se compra un árbol en japón (o hace que se lo traigan de allí) y pocos meses después lo lleva a una exposición. Seguro que tú disfrutas más.
    Y respecto a lo de la envidia, tienes que fijarte en los buenos arboles de los demás, admirarlos y proponerte que algún día los tuyos sean igual o mejor que esos, a ser posible habiéndolos trabajado tú. Así es que a trabajar con los arboles, que es la única manera.
    Buff como estoyyyy... todavía me duran las secuelas de lo que a pasado en alcobendas.

    Un abrazo

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    1. Tienes razón, tienes razón... ya he dejado el fungicida sistémico y me he pasado a uno ecológico. El tratamiento va mejor... ya voy diciendo menos tonterías jajaja.
      Como creo que había comentado contigo en alguna ocasión, hay gente que tiene un don artístico (para la pintura, escultura, para el bonsái) y por mucho que nos esforcemos no vamos a poder llegar a su nivel, pero podemos intentar mejorar con ellos como modelo...
      Relájate y dedícate a la bicicleta unos días, que lo de Alcobendas os ha calado hondo...
      Un abrazo. César.

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  2. Hay que disfrutar de lo de uno, más que del reconocimiento de los demás. Salvo que se busque eso.
    Saludos.

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    1. Amigo Ángel, tienes toda la razón. Malo si no disfrutamos de lo poco que tenemos y nunca nos conformamos. Lo del reconocimiento, como decía el refrán "obras son amores" y seguro que los que menos se preocupan del reconocimiento que le otorguen son los que más lo merecen, lejos de tontas discusiones y enfrentamientos que no llevan a ningún lado (y he vivido muchos, en otros ambientes, no en este, en el que dentro de lo que cabe no nos llevamos tan mal).
      El problema surge cuando alguien con cuatro "palos" (de mi estilo más o menos) quiere presentar trabajos, técnicas y conocimientos que no tiene y encima desea que le digan que qué guapo, listo y que buenos árboles trabaja... y critica todo lo de los demás.
      Perdona por todo este rollo de contestación, pero creo que todavía colea lo de Alcobendas (seguro que me entiendes), y lo que importa al final es eso en lo que coincidimos, en disfrutar de lo que uno tiene, intentando mejorar, pero disfrutando del camino.
      Un abrazo. César.

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  3. A mi me gusta ver buenos árboles, me encanta porque sé que en casa será casi imposible tener uno de esos, pero eso no hace que aprecie menos los míos, no han costado un dineral, pero son míos y me siento muy orgullosa de ellos. Que no se diga. Venga ánimo y enm la próxima a vr si coincidimos, que al final lo mejor es el ambiente y compartir con otros aficionados.

    Un abrazo, Loli

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    1. Exacto, más o menos es lo que yo quería decir. Si la entrada sonaba a desánimo no era lo que pretendía. No estoy orgulloso de mis cuatro palos, pero es normal, así puedo intentar seguir mejorando poco a poco. Mientras tanto... son míos y los cuido, mimo y trabajo lo mejor que puedo y conozco, como si fuesen ejemplares de Kokufu (o de Alcobendas, que viene a ser lo mismo).
      Por eso ponía esta entrada "tonta", por el empacho que hay por todos lados con Alcobendas y las discusiones e incluso descalificaciones que circulan por ahí.
      Esta es una afición muy bonita en que podemos estar orgullosos con nosotros mismos por mantenerla, cada uno dentro de sus posibilidades, y en que, en general, hay muy buen ambiente (tenías que ver en otros campos que más o menos conozco) y de la que podemos disfrutar solos o, mejor, con amigos, gastemos lo que podamos gastar o tengamos los árboles que nos podamos permitir...
      Perdón por el rollo de contestación.
      Un abrazo. César.

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  4. jaja ,otro que está como tú con mis perejiles y aprendiendo de vosotros espero algún año ir y conoceros un abrazo

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    1. Que diga yo lo aprender de vosotros vale... pero tú. En todo caso di aprender de los otros... porque como puedas aprender algo de mi... me lo dices que seguro que lo hice sin querer ;)))).
      Eso espero, un año de estos coincidir en una de estas exposiciones o concursos e irnos conociendo todos.
      Un abrazo. César.

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  5. Te echábamos de menos. Tu entrada me parece muy acertada y más ahora que lo has explicado. Si tú tienes palos, lo mío son los esquejes de tus palos, pero aún así son míos y estoy orgulloso de ellos. Con el paso de los meses compruebo como se han adaptado y como han cambiado y me siento orgulloso. Salgo todos los días al jardín a observarlos y me conozco de memoria hasta la última hoja nueva que ha salido. Nada me disgusta más que cuando se me muere uno y aunque sé que mis árboles no ganarán nunca ningún concurso, este tiempo que llevo dedicándole al bonsai me ha cambiado la vida. Aún así, por supuesto, disfruto como el que más con los árboles de los demás y siento envidia, pero no de la buena, como tú dices. Me encantaría coincidir con uds alguna vez.
    Un abrazo.

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    1. El problema es que me lié yo solo, pero gracias a responder vuestros comentarios voy hilando un poco más fino...
      Has captado justo la idea que quería expresar. Hay que convencerse que no tenemos palos, ni perejiles, tenemos unos proyectos de bonsái, mejores o peores, pero sobre todo nuestros y con los que disfrutamos. Siempre pensamos que nosotros hacemos al bonsái, pero creo que realmente es al revés, nos educa en otra perspectiva del tiempo, de la paciencia y de la apreciación de detalles que antes no percibíamos. Cuando comenzamos y compramos un arbolito, o lo arrancamos de un monte o un jardín, nuestras principales inquietudes son transplantarlo, podarlo, alambrarlo... y matarlo muy posiblemente. Con el tiempo nos vamos adaptando a los ritmos de crecimiento, aprendemos a tener paciencia y a observar la naturaleza, con el afán primordial de no matar a la planta, pasando la formación a un segundo plano. Finalmente, cuando hemos aprendido a entenderla, a observarla, a apreciar sus pequeños detalles ya casi estamos preparados para afrontar su transformación en un bonsái, mejor o peor, repito, pero nuestro.
      La calidad de nuestra colección no se consigue, pienso yo, en un momento comprando grandes piezas, sino poco a poco, intentando superarnos de una manera natural. Una hipótesis de ejemplo, este año a lo mejor no me atrevo a doblar el tronco de un enebro, pero el año que viene, que ya conozco como responde y como se cultiva y después de un año observándolo sé lo que quiero hacer con él, me arriesgo a hacerle unas curvas y darle un "aire", quedo contento y me siento realizado y me animo a efectuar en el siguiente año otros trabajos más complejos, y así, poco a poco, sin enterarnos casi, aumentamos la calidad de nuestros árboles y de nosotros mismos.
      Por eso es bueno que observemos lo que hacen maestros (o artistas, como se quieran llamar, que realmente lo son), como los que expusieron sus árboles en Alcobendas, y que nos sirvan de modelo y de objetivo, pero sin olvidar que en la mayor parte de los casos es una afición y, como tal, está hecha para disfrutar de ella, sin agobios, sin pensar que no llegaremos nunca a ese nivel o que nunca tendremos árboles como esos, cuando muchas veces tenemos los árboles que nuestro nivel técnico, económico, de espacio... nos permiten... pero son nuestros, y tenemos que estar orgullosos de lo que vamos consiguiendo.
      ¡Cómo me he enrrollado! Total para decir que sí... ¡que menuda envidia dan esos pedazo árboles de Alcobendas! ;))))
      Gracias por el comentario Antonio, y perdona por el rollo.
      Un abrazo. César.

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  6. Esta vez la cosa va de palique... todos tienen razón y ya está. Esta es es mi humilde aportación a esta entrada.
    Un saludo Cesar. Como ya creo que te he dicho alguna vez, vas por buen camino.

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    1. A entrada pequeña... comentarios grandes. Poder conversar, aunque sea en la distancia es lo que importa al final.
      Gracias Martín. Un saludo. César.

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